domingo, 3 de junio de 2012

"VI ENCUENTRO NACIONAL DE LA DIVINA MISERICORDIA MISA SOLEMNE EN EL TEMPLO EXPIATORIO DE LA SAGRADA FAMILIA " ROSARIO O CORONILLA DE LA MISERICORDIA- CANCIÓN ACTO DE CONSAGRACIÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA CANTA: ROSI CERVANTES .- DE SANTA FAUSTINA


SÁBADO 24 DE NOVIEMBRE DE 2012 EN EL TEMPLO EXPIATORIO DE LA SAGRADA FAMILIA, DE BARCELONA




17h MIsa Solemne, presidida por el Excmo y Rvdmo Sr. Luis Martinez Sistach - Cardenal - Arzobispo de Barcelona.

Consagración a la Divina Misericordia.







                  VIDEO MUSICAL.-

 ACTO DE CONSAGRACIÓN A JESÚS DE LA DIVINA MISERICORDIA CANTA : ROSI CERVANTES-DE SANTA FAUSTINA-






CANTO ACTO DE CONSAGRACIÓN A JESÚS

MISERICORDIOSO CANTA: ROSI CERVANTES-


JESÚS CONFÍO EN TÍ

(Jesús lo dictó a Santa Faustina). (Para todos los días)

Termina la novena con el ACTO DE CONSAGRACIÓN

A JESÚS MISERICORDIOSO.

Oh, Jesús Misericordioso, tu Bondad es infinita y los

tesoros de tu gracia son inagotables; me abandono a

tu Misericordia que sobrepuja a todas tus obras; me

consagro enteramente a Ti para vivir bajo los rayos de

tu gracia y de tu Amor que brotaron de tu Corazón

traspasado en la Cruz.
Quiero dar a conocer tu Misericordia por medio de las

obras de misericordia corporales y espirituales,

especialmente con los pecadores, consolando y

asistiendo a los pobres afligidos y enfermos.

Mas, Tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo

temo de mi debilidad y todo lo espero de tu

Misericordia.
Que toda la humanidad comprenda el abismo

insondable de tu Misericordia,

a fin de que poniendo toda su esperanza en Ella,

pueda ensalzarla por toda la Eternidad.Amén. 

DESEO- dijo el Señor a SANTA FAUSTINA

KOWALSKA

La fiesta de la Misericordia (segundo domingo de

Pascua.








Oración: A LA DIVINA MISERICORDIA
- AUTORA ROSI CERVANTES

¡Oh! Divina Misericordia eres lo más

hermoso y sublime para mi alma,

penetra en mí con tus rayos rojos y claros.
Quiero estar cerca de tu presencia.



¡Oh DIVINA MISERICORDIA INFINITA
Y ETERNA.!
JESÚS CONFÍO EN TI" Autora: Rosi Cervantes

MISA: 24 DE NOVIEMBRE 2012 BASILICA LA SAGRADA FAMILIA BARCELONA Festividad de Cristo Rey.






              

                 CRISTO VIENE









"Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria". (Diario, N° 48).




















                          Video musical-

HIMNO A LA DIVINA MISERICORDIA Cantautora Rosi cervantes


                                     


HIMNO A LA DIVINA MISERICORDIA
Letra Y Composición ROSI CERVANTES

Divina Misericordia
Divina Misericordia
Divina Misericordia
Jesús confío en ti
Jesús confío en ti
Jesús confío en ti

Esos rayos que salen de tu pecho
Rojos y claros
Son los rayos de tu amor
Son los rayos de tu amor
OH! Sangre y agua
Que brotaste del corazón de Jesús
¡OH.! Fuente de misericordia por nosotros, confió en ti.


Estribillo
Divina Misericordia
Divina Misericordia
Divina Misericordia
Jesús confío en ti
Jesús confío en ti
Jesús confío en ti


Tus llamas de la Misericordia me están abrasando
Tus llamas de la Misericordia me están abrasando
¡OH! regalada llaga
¡OH! fuente de agua viva
Donde vienen a beber los pecadores
Y son sanados y son sanados.
Por la sangre de tu costado y son sanados.
"Todo aquel que en tí cree
será salvado."

















                                Video musical


Canción: ALABANZA DE SANTA FAUSTINA A LA DIVINA MISERICORDIA Canta Rosi Cervantes








Canción: Alabanza de Santa Faustina a la divina Misericordia canta Rosi Cervantes
Oh Amor Eterno, mandas pintar Tu Santa Imagen


Y nos revelas la fuente inconcebible de la Misericordia,


Bendices a quien se acerca a Tus rayos,


Y el alma negra se convierte en nieve.


Oh Dulce Jesús, aquí has establecido el trono de Tu Misericordia


Para dar alegría y ayudar al pecador,


De Tu Corazón abierto, como de un manantial puro,


Fluye el consuelo para el alma y el corazón contrito.
Que el honor y la gloria para esta Imagen
no dejen de fluir de las almas de los hombres,
Que cada corazón glorifique la Divina Misericordia
Ahora y por los siglos de los siglos y en cada hora.
Oh, Dios mío.

CANCIÓN INTERPRETADA POR ROSI 
CERVANTES  "Alabanza de Santa Faustina a la Divina Misericordia "En este poema ella expresa la visión que vio el Señor Jesús dijo a Sor Faustina: "Dibuja un cuadro según me estás viendo, con la invocación: "Jesús en Vos confío". Quiero que se venere en el mundo entero".
"Los dos rayos significan la Sangre y el Agua.
El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas.
El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas... Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza.
Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos,

porque no le alcanzará la justa mano de Dios". (Ponerse al amparo de estos rayos)
"Yo preservaré las ciudades y casas en las cuales se encontrase esta imagen".
"Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. Prometo ya aquí en la tierra la victoria sobre los enemigos: sobre todo a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como a mi Gloria. Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Vos confío".
Jesús promete la salvación eterna y grandes gracias y progresos en la santidad a los que le den culto por medio de esta imagen.
En tu hogar y en tu cartera ponla en un lugar preferente.
"No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia".
EL PRIMER DOMINDO DE RESURECCIÓN, ES EL DIA MUNDIAL DE LA DIVINA MISERICORDIA QUE SE CELEBRA LA MISA SOLEMNE A LA DIVINA MISERICORDIA.
"TODOS UNIDOS CON JESUS" "
"DIVINA MISERCODIA" "JESUS EN TI CONFIO"



                    Video musical-

Canción: CRISTO VIENE Rosi Cervantes









A la las tres de la tarde imploren Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y aunque sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en MI desamparo en momento de agonía. Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar dentro de Mi tristeza mortal. En esta hora, no le rehusare nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión  Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas, y el océano de Misericordia se abrió por todo el mundo. O fuente de Vida, Oh Misericordia Infinita, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros. Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Vos confío.



 
        JESUCRISTO REY DEL UNVIVERSO

jesus rey de reyes


Plegaria Universal "Todos Somos Uno" Autora:Rosi Cervantes
Que todos los corazones se amen y sean uno.
Que en mi destino , solo piense en Dios.
Que la paz viva en mi y en todos los Seres.
Que viva el presente y el día a día .
Que disfrute el sentido de la vida.
Que la naturaleza de Dios la vea en toda la Creación.
Que Cristo reine en toda la Tierra.
Que todas las Razas encuentren la felicidad.
Que despierte la Conciencia Cósmica en todo mi
ser.
Que Ame a todos mis hermanos por Igual
y perdone a los demás.
Que la Semilla del Amor cubra y germine la tierra.
Que se manifieste la vida con toda su belleza.
Que la Luz el Bien y la Verdad.
Y el triunfo del Amor se realice en toda la
Humanidad.
"Que el mandamiento más sagrado sea Amar a
Dios y a todos los Hombres".

  "Todos somos uno".
"Todos los Seres Somos Amor."




                  Video musical-
Canción por la paz  "TODOS LOS SERES SOMOS AMOR" Cantautora: Rosi Cervantes


 


   Santa  Faustina-Rosario  o coronilla

de la  Misericordia:



El Señor le dedicó 14 revelaciones: “Por el rezo de este Rosario, me complace dar todo lo que me pidan. Quien lo rece, alcanzará gran Misericordia en la hora de su muerte. Aunque sea un pecador empedernido, si reza este Rosario, aunque sea una sola vez, logrará la gracia de mi infinita Misericordia”.
“Cuando los pecadores recen este Rosario, llenaré sus almas de tranquilidad, y será feliz la hora de su muerte. No les afectará el temor. Mi Misericordia les amparará en esta última lucha”.
Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo"
"Cuando recen este Rosario al lado del moribundo, me pondré entre el Padre y el alma moribunda, no como justo Juez, sino como Redentor Misericordioso".
"A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte".
"Hija mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz".
“Los Sacerdotes ofrezcan este Rosario a los pecadores, como el último socorro”.
"Oh, ¡qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen esta Coronilla. Las entrañas de mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la Coronilla. Anota estas palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos".
Dos casos aparecen en el Diario de Santa María Faustina que envuelven tormentas, 1731 y  1791, y en ellos ella usa la Coronilla de la Divina Misericordia como un látigo poderoso:
“Hoy me despertó una gran tormenta, el viento estaba enfurecido y llovía como si hubiera un huracán, a cada rato caían rayos. Me puse a rogar que la tempestad no causara ningún daño; de repente oí estas palabras: Reza la coronilla que te he enseñado y la tempestad cesará. En seguida he comenzado a rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad.” (1731)
“Cuando se acercaba una gran tormenta me puse a rezar la coronilla. De repente oí la voz de un ángel: no puedo acercarme con la tempestad, porque el resplandor que sale de su boca me rechaza a mí y a  la tormenta. Se quejaba el ángel con Dios. De súbito conocí lo mucho que habría de devastar con esa tempestad, pero conocí también que esa oración era agradable a Dios y lo potente que es la coronilla.” (1791)
Fue el 22 de mayo, cuando ocurrió el siguiente incidente y la Hermana Faustina lo anotó para mostrar el poder que Jesús mismo le atribuyó a la coronilla de la Divina Misericordia, que Él le enseñó:
“Hoy el calor es tan intenso que es difícil soportarlo. Todos estamos sedientos por la lluvia, y ella todavía no viene. Por muchos días el cielo ha estado nublado, pero no llueve. Cuando miro a las plantas, sedientas de agua, sentí mucha compasión y decidí rezar la coronilla, hasta que el Señor nos mandara lluvia. Antes de la cena, el cielo se cubrió de nubes, y una fuerte lluvia cayó sobre la tierra. Yo había estado rezando esta plegaria por tres horas sin cesar. Y el Señor me ha dado a conocer que a través de esta oración se puede obtener todo”. (1128)
Viernes 13 XI 1935. 
Por la tarde, estando yo en mi celda, vi al ángel, ejecutor de la ira de Dios.  Tenía una túnica clara, el rostro resplandeciente; una nube debajo de sus pies, de la nube salía rayos y relámpagos e iban a las manos y de su mano salían y alcanzaban la tierra.  Al ver esta señal de la ira divina que iba a castigar la tierra y especialmente cierto lugar, por justos motivos que no puedo nombrar, empecé a pedir al ángel que se contuviera por algún tiempo y el mundo haría penitencia.  Pero mi suplica era nada comparada con la ira de Dios.  En aquel momento vi a la Santísima Trinidad.  La grandeza de su Majestad me penetró profundamente y no me atreví a repetir la plegaria.  En aquel mismo instante sentí en mi alma la fuerza de la gracia de Jesús que mora en mi alma; al darme cuenta de esta gracia, en el mismo momento fui raptada delante del trono de Dios.  Oh, que grande es el Señor y Dios nuestro e inconcebible su santidad.  No trataré de describir esta grandeza porque dentro de poco la veremos todos, tal como es.  Me puse a rogar a Dios por el mundo con las palabras que oí dentro de mi. 

403 Cuando así rezaba, vi la impotencia del ángel que no podía cumplir el justo castigo que correspondía por los pecados.  Nunca antes había rogado con tal potencia interior como entonces.  Las palabras con las cuales suplicaba a Dios son las siguientes:  Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero.  Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros.





404 A la mañana siguiente, cuando entré en nuestra capilla, oí esta voz interior:  Cuantas veces entres en la capilla reza en seguida esta oración que te enseñé ayer.  Cuando recé esta plegaria, oí en el alma estas palabras:  Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente:  primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras:  Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras:  Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.  Para terminar, dirás tres veces estas palabras:  Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.






Se reza con un rosario común.
Cada día reza un Padrenuestro, Avemaría y Credo, y luego con las cuentas del Santo Rosario:
Reza 5 decenas. Comienza cada decena así:
“Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”.
Sigue e implora al Padre Eterno 10 veces, en cada decena: “Por su dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Al final, repite 3 veces:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Y después, es bueno terminar con una Salve a la Virgen.












Letanías de la Divina Misericordia
(Tomadas del original latino del confesor de Sor Faustina el abad Sopocko)
Señor, ten Misericordia de nosotros.
Oh Cristo Jesús, ten Misericordia de nosotros.
Señor, ten Misericordia de nosotros.
Oh Cristo Jesús, óyenos.
Oh Cristo Jesús, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten Misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten Misericordia de

nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten Misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten Misericordia de nosotros.
Jesús, Rey de Misericordia, por Quien fueron creadas las cosas: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que has redimido el mundo: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has santificado: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has revelado el misterio de la santísima Trinidad: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has manifestado la Omnipotencia de Dios: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has creado los ángeles: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que de la nada no has llamado a las existencias: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has santificado: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que abarcar todo el universo: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has dado la vida inmortal: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos proteges de las penas merecidas: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos libras de la miseria del pecado: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has confiado la los Santos Sacramentos: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, por la cual nos socorriste con los sacramentos del Bautismo y de la Penitencia: confiamos en Ti.

Jesús, Rey de Misericordia, por la cual nos sostienes con los sacramentos de la Eucaristía y del Santísima Virgen, Madre de Misericordia: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que motivo por el cual Te encarnaste y sufriste Pasión y muerte: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que asistes siempre en cualquier parte a todos los hombres: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos previenes con tus gracias: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has revelado los divinos misterios: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nos has dado los santos sacramentos: confiamos en Ti.
Jesús , Rey de Misericordia, por la cual nos socorriste
con los sacramentos del Bautismo y de la Penitencia.Confiamos en Ti.
Jesús, Rey de la Misericordia,por la cual nos sostienes con los sacramentos de la Eucaristía y del Sacerdocio:
Confiamos en Ti.  
Jesús, Rey de Misericordia, que la manifiestas en la conversión de los pecadores: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que la patentizas iluminando a los infieles: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que la haces resplandecer en la santificación de los justos: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que brota de tus Santísimas Llagas: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, que nace de tu Santísimo Corazón: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, alivio de los enfermos y de los que sufren: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, consuelo de los afligidos: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, esperanza de los que desesperan: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, refugio de los moribundos: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, refrigerio de las almas del Purgatorio: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, corona de todos los santos: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, alegría de los bienaventurados: confiamos en Ti.
Jesús, Rey de Misericordia, fuente inexha de milagros: confiamos en Ti.ustaCordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos ,Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos ,Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros. 
V.-Las misericordias del Señor se extienden sobre todas las criaturas
R.-Por esta causa cantaré eternamente sus misericordias.










                    Oración
Oh Dios clementísimo, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación que no quieres que perezca ninguno de los que creen en Ti, Por los méritos de Jesús c,inclina tu mirada sobre nosotros y multiplica tus misericordias según la grandeza de tu compasión, a fin de que en las grandes calamidades de la vida jamás desesperemos, antes bien, con gran confianza, nos sometamos a tu voluntad, que es Tu misma misericordia.
tos de Jesucristo Nuestro Señor, rey de la Misericordia ,que con el Padre y el


Espíritu Santo nos la dispensa por los siglos de los siglos. Amén.                     

Novena de la DIVINA MISERICORDIA DE SANTA FAUSTINA


















Novena de la Misericordia
 Jesús quiere que la Fiesta de la Misericordia vaya precedida de una novena, que puede hacerse con el Rosario de la Misericordia. Comienza el Viernes Santo. “En esta novena concederé a las clase de gracias”. Es una promesa sin restricciones... de marzo de 1937, en Pradnik.
Viernes Santo, 26 almas toda
“Jesús me ordena hacer una novena, que anteceda a la Fiesta de la Misericordia y que debo comenzarla hoy, por la conversión del mundo entero y para dar a conocer la Misericordia de Dios”. “Deseo que mis criaturas tengan confianza en Mí”. (III, 16).
Cracovia, agosto 1937. (III, 57 a 65).
Novena a la Misericordia Divina, que Jesús me ordenó escribir y hacer como preparación de la Fiesta de la Misericordia, para empezar el Viernes Santo.
“Deseo que durante esos nueve días traigas a las almas al manantial de mi Misericordia para que así encuentren la fortaleza, el consuelo y todas las gracias que necesiten para hacer frente a las dificultades de la vida, especialmente en la hora de la muerte.
Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas y las introducirás en la inmensidad de mi Misericordia, y Yo, a todas esas almas las conduciré a la casa de mi Padre”.
Yo contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena, ni a qué almas conducir primero a tu Misericordiosísimo Corazón. Jesús, me contestó que Él, cada día, me haría saber a qué almas debía introducir en su Corazón. (III, 57).

NOVENA
PRIMER DÍA
"Hoy tráeme la humanidad entera, especialmente a los pecadores  y sumérgelos en el oceano de mi Misericordia . Así enduldarás la amargura  que tengo por la pérdida de las almas".
Padre Eterno vuelve tu mirada  Misericordiosa hacia toda la Humanidad y en especial hacia los pobres pecadores, encerrándolos en el Misericordiosísimo Corazón de Jesús y, por los méritos de su dolorosa Pasión, muéstranos tu Misericordia, para que alabemos la omnipotencia de tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén. (III, 57-58).
ROSARIO DE LA MISERICORDIA.
(Se termina la Novena todos los días con esta oración)

ACTO DE CONSAGRACIÓN A JESUS MISERICORDIOSO  Oh Jesús Misericordioso, tu bondad es infinita y los tesoros de tu gracia son inagotables. Me abandono a tu Misericordia que sobrepuja a todas tus obras, me consagro enteramente a Ti para vivir bajo los rayos de tu gracia y de tu Amor que brotaron de tu Corazón traspasado en la Cruz.
Quiero dar a conocer tu Misericordia por medio de las obras de misericordia corporales y espirituales, especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo o los pobres afligidos y enfermos. Más Tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo temo de mi debilidad y todo lo espero de tu Misericordia. Que toda la Humanidad comprenda el abismo insondable de tu Misericordia, a fin de que poniendo toda su esperanza en ella, pueda ensalzarla por toda la eternidad. Amén. SEGUNDO DÍA
“Hoy tráeme a las almas de los sacerdotes y religiosos y sumérgelas en mi insondable Misericordia. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar las amarguras de mi Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi Misericordia fluye hacia la Humanidad”.
Misericordiosísimo Jesús, de quien procede todo bien, multiplica tus gracias sobre las almas consagradas a tu servicio, para que puedan hacer obras dignas de misericordia; y que todos los que las vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el Cielo.
Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu Viña, las almas de los sacerdotes y religiosos, dótalas con la fortaleza de tus Bendiciones y por el amor del Corazón de tu Hijo, al cual están unidas, concédeles el poder de tu Luz, para que puedan guiar a otros por el camino de la Salvación y con una sola voz canten alabanzas a tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén. (III, 58-59).
ROSARIO DE LA MISERICORDIA.
TERCER DÍA
“Hoy tráeme a todas las almas devotas y fieles y sumérgelas en el gran océano de mi Misericordia. Ellas me confortaron a lo largo del Vía Crucis y fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura”.
Misericordiosísimo Jesús, que desde el tesoro de tu Misericordia, distribuyes tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros. Acógenos en el seno de tu muy compasivo Corazón y no permitas que salgamos nunca de Él. Te imploramos esta gracia en virtud del más excelso amor; aquel con el que tu Corazón arde por el Padre Celestial.
Padre Eterno, vuelve tus ojos misericordiosos hacia las almas fieles, que guardan el legado de Tu Hijo. Y por los méritos y dolores de su Pasión, concédeles tu bendición y tenlas siempre bajo tu tutela. Que nunca claudique su amor o pierdan el tesoro de nuestra santa Fe, sino que, con todo el ejército de Ángeles y Santos, glorifiquen tu infinita Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén. (III, 59).
ROSARIO DE LA MISERICORDIA.
CUARTO DÍA
“Hoy tráeme a los que no creen en Mí y a los que todavía no me conocen. Pensaba en ellos durante las angustias de mi Pasión, y su futuro fervor sirvió de consuelo a mi Corazón. Sumérgelos en la inmensidad de mi Misericordia”.
Misericordiosísimo Jesús, Tú que eres la Luz del género humano, recibe en la morada de tu Corazón lleno de compasión, a las almas de aquellos que todavía no creen en Ti, o que no te conocen. Que los rayos de tu Gracia las ilumine para que también, unidas a nosotros, ensalcen tu maravillosa Misericordia; y no las dejes salir de la morada de tu Corazón desbordante de piedad.
Padre Eterno, vuelve tu piadosa mirada hacia las almas de aquellos que no creen en tu Hijo, y hacia las de aquellos que todavía no te conocen, pero que están presentes en el muy compasivo Corazón de Jesús. Aproxímalas a la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén. (III, 60).

ROSARIO DE LA MISERICORDIA
QUINTO DIA
“Hoy tráeme a las almas de nuestros hermanos separados y sumérgelas en la inmensidad de mi Misericordia. Ellas durante las angustias de mi Pasión desgarraron mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. A medida que se reincorporan a ella, mis heridas cicatrizan, y de esta forma sirven de bálsamo a mi Pasión”.
Misericordiosísimo Jesús, que eres la Bondad misma, no niegues la Luz a aquellos que te buscan. Recibe en el seno de tu Corazón, desbordante de piedad, a las almas de nuestros hermanos separados. Encamínalas, con la ayuda de tu Luz, hacia la unidad de la Iglesia, y no las dejes marchar de la morada de tu muy compasivo Corazón, que es todo amor; haz que también ellas lleguen a glorificar la generosidad de tu Misericordia.
Padre Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa hacia las almas de nuestros hermanos separados, especialmente hacia las almas de aquellos que han malgastado tus bendiciones y abusado de tus gracias, manteniéndose obstinadamente en el error. También ellas están acogidas en el Corazón misericordioso de Jesús; no mires sus errores sino el Amor de tu Hijo y los dolores que para su provecho sufrió y aceptó por ellas durante su Pasión y haz que también ellas glorifiquen tu gran Misericordia por los siglos de los siglos. Amén. (III, 60-61           
                 
                                   

ROSARIO DE LA MISERICORDIA.
SEXTO DÍA
“Hoy tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi Misericordia. Estas almas son las más parecidas a mi Corazón. Ellas me proporcionaron fortaleza durante mi amarga Agonía, ya que las veía como ángeles terrenales, velando junto a mis Altares. Derramo sobre ellas un torrente de gracias porque sólo el alma humilde es capaz de recibir mi Gracia. Es a las almas humildes a las que concedo mi Confianza”.
Misericordiosísimo Jesús, que dijiste: “Aprended de Mí, que soy manso y humilde de Corazón”. Acoge en el seno de tu Corazón desbordante de piedad, a todas las almas mansas y humildes, y a las de los niños pequeños. Estas almas son la delicia de las regiones celestiales y las preferidas del Padre Eterno, que muy particularmente se recrea en ellas. Son como un ramillete de florecillas que despiden su perfume ante el trono de Dios y el mismo Dios se embriaga con su fragancia. Ellas encuentran abrigo perenne en tu Piadosísimo Corazón, Oh, Jesús, y entonan incesantemente himnos de amor y de gloria.
Padre Eterno, vuelve tu mirada llena de Misericordia hacia las almas mansas, hacia las almas humildes y hacia las almas de los niños pequeños acurrucadas en el seno del Corazón de Jesús rebosante de piedad. Estas almas son las que se asemejan más a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra hasta alcanzar tu Trono, Señor y Padre de Misericordia y Bondad suprema. Te suplico, bendigas a toda la Humanidad, por el amor que te inspiran estas almas y el gozo que te proporcionan, para lograr que todas las almas entonen a la vez, las alabanzas que se merece tu




Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén. (III, 61-62).
ROSARIO DE LA MISERICORDIA.
SÉPTIMO DÍA
“Hoy tráeme a las almas que espacialmente veneran y glorifican mi Misericordia y sumérgelas en mi Misericordia. Estas almas compartieron los sufrimientos de mi Pasión y penetraron en mi espíritu más profundamente que ninguna otra. Son vivo reflejo de mi compasivo Corazón y brillarán con esplendor especial en la vida futura. Ninguna de ellas sufrirá el tormento del fuego del infierno, porque las defenderé con particular empeño a la hora de la muerte”.
Misericordiosísimo Jesús, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en el seno de tu Piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que de una manera especial alaban y honran la grandeza de tu Misericordia. Dótalas con el poder de Dios y en medio de las dificultades y aflicciones, haz que sigan adelante, confiadas en tu Misericordia; y unidas a Ti, Oh, Jesús, carguen sobre sus hombros el peso de toda la Humanidad; y por ello no serán juzgadas con severidad, sino que tu Misericordia las protegerá especialmente cuando llegue la hora de la muerte.
Padre Eterno, vuelve tu mirada hacia las almas que alaban y honran tu supremo atributo, la Misericordia infinita, y que están protegidas dentro del muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están rebosantes de obras de misericordia, y sus corazones, desbordantes de alegría, entonan cánticos de alabanza a Ti, Altísimo Señor, exaltando tu Misericordia. Te lo suplico, Señor: Muéstrales tu Misericordia, de acuerdo con la esperanza y confianza que en Ti depositan. Que se cumpla en ellas la promesa hecha por Jesús: “A las almas que veneren mi infinita Misericordia, las protegeré durante toda su vida, como a mi propia Gloria, y muy especialmente en la hora de la muerte”.(III, 62-63).
“Hoy tráeme a las almas que están detenidas en el Purgatorio y sumérgelas en las profundidades de mi Misericordia. Que mi Sangre, cayendo a chorros, apacigüe las llamas en que se abrasan. Todas estas almas me son muy queridas. Ellas cumplen el castigo que se debe a mi Justicia. En tu poder está socorrerlas. Saca todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas por ellas. ¡Oh!, si supieras qué tormentos padecen, ofrecerías continuamente por ellas el óbolo de tus oraciones y así saldarías las deudas que ellas tienen con mi Justicia”.
Misericordiosísimo Jesús, que exclamaste: ¡misericordia!, introduzco ahora en el seno de tu Corazón, desbordante de Misericordia, las almas del Purgatorio, almas que tanto aprecias pero que, no obstante, han de pagar su culpa. Que el manantial de Sangre y Agua que brotó de tu Corazón, apague las llamas purificadoras, para que, también allí, el poder de tu Misericordia sea glorificado.
Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que padecen en el Purgatorio y que Jesús acoge en su Corazón desbordante de compasión. Te suplico, por la dolorosa Pasión que sufrió tu Hijo, y por toda la amargura que anegó su Sacratísima Alma, que te muestres misericordioso con las almas que se hallan bajo tu mirada justiciera. No las mires de otro modo, sino sólo a través de las Llagas de Jesús, tu Hijo bien amado; porque creemos firmemente que tu Bondad y Compasión son infinitas. Amén. (III, 63-64).
ROSARIO DE LA MISERICORDIA.
NOVENO DÍA
“Hoy tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi Misericordia. Estas almas, son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. Por su tibieza e indiferencia mi Alma sintió una inmensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. Ellas fueron las que me hicieron gritar: “Padre, si es posible, aparta de Mí este cáliz”. Para ellas, la última esperanza de salvación será el recurrir a mi Misericordia”.
Piadosísimo Jesús, a Ti que eres la Piedad misma, hoy te traigo al seno de tu compasivo Corazón a las almas enfermas de tibieza.
Que estas almas heladas, que se parecen a cadáveres y que te llenan de repugnancia, se calienten con el fuego de tu puro Amor. ¡Oh, Jesús!, todo compasión, ejerce la omnipotencia de tu Misericordia, y atráelas a Ti, que eres llama de Amor puro y comunícales el fuego de tu divino Amor, porque Tú todo lo puedes.
Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a las almas tibias que, a pesar de todo, Jesús cobija en el seno de su Corazón todo Misericordia. Padre de Misericordia, te ruego, por los sufrimientos que padeció tu Hijo, y por sus tres largas horas de Agonía en la Cruz: que ellas también glorifiquen el mar sin fondo de tu Misericordia. Amén. (III, 64-65).
ROSARIO DE LA MISERICORDIA.